La envidia es como un rayo que irrumpe y deja al descubierto una necesidad o un deseo profundo insatisfecho ( Norberto Levy )
La envidia es otra de la emociones socialmente más rechazada, incluso tendemos a ocultarla para no sentir la vergüenza de sentirla. La conocemos más por su fuerza destructiva que por la riqueza potencial que alberga .
La palabra ENVIDIA procede de la palabra latina » INVIDERE » mirar con malos ojos a alguien. La definimos como la reacción de dolor y enfado cuando nos comparamos y deseamos que el otro no haya conseguido lo que nosotros no hemos logrado.
Juan : !Me han dado el puesto de Responsable de marketing ! Te invito a comer para celebrarlo !.
Pedro: ! Qué bien ! aunque pensé que se lo darían a alguien con más experiencia que tú . No, imposible, hoy no me puedo quedar a comer, otro día.
¿ Quién no ha sentido la envidia alguna vez en sus propias carnes ?.
El verdadero problema de Pedro no es que Juan logre el puesto de trabajo, el verdadero problema de Pedro es el dolor que le produce no haberlo conseguido el. La envidia es una revelación de las necesidades y carencias que sentimos. También la envidia surge de la creencia de que no dispongo de los recursos necesarios para alcanzar mis deseos.
¿ Qué es la envidia sana ?
La envidia sana consiste en poder reconocer que el otro ha alcanzado algo que yo también deseo y no he logrado, con la doble reacción : uno, alegría y admiración por el otro y, dos, dolor y tristeza por reconocer que yo no lo he conseguido. La envidia es fuente de riqueza si la escucho, no la niego, no la escondo y me permito sentirla. La envidia puede ser una pasadizo al crecimiento y a la admiración.
¿ La envidia cumple alguna función ?
Su función principal es ponernos en contacto con nuestros deseos insatisfechos. Puede ser un espejo, un trampolín para desarrollarnos y/o superarnos. La envidia puede transformarse en admiración cuando reconocemos nuestros deseos y los recursos que vamos a necesitar para conseguirlos. CADA VEZ QUE NIEGAS TU ENVIDIA, RENUNCIAS A TU DESEO.
¿ Y tú , que sueles hacer con la envidia ?
Las emociones no son voluntarias, no se eligen aunque si podemos decidir que queremos hacer con ellas. ( Jorge Bucay )
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