Cuando perdemos un amor, tenemos las sensación de que nuestra capacidad de amar se queda en esa persona. El dolor de la separación puede ser tan fuerte que uno siente que perdió no ese amor , sino el amor.

Una de las sensaciones más duras en el proceso de separación es la incertidumbre, el no saber realmente si podremos amar otra vez, si nos podrán amar otra vez. En ese momento, también solemos perder la capacidad de disfrutar de muchas cosas. Sobre todo de las cosas que nos gustaba hacer sol@s.

¿ Cuando se me va a pasar este dolor, esta angustia, esta tristeza ? ( muchos de vosotros nos hacéis esta pregunta )

Se necesita paciencia, superar la tristeza y la angustia es como un camino de sentimientos intensos que duelen por lo que pudo ser y no ha sido , ( tampoco es un proceso definido ni viene con fecha de caducidad como los medicamentos ) . Reconstruirse lleva tiempo y autoconocimiento, a veces, necesitamos apoyo, compartir dolores, tristezas, culpas, miedos , heridas, pérdidas, necesitamos permanecer en nuestro interior sin salir corriendo o huir de nuestros propios sentimientos para asimilar y aceptar el cierre de la relación.

Con el tiempo, vas comprobando que sales del fondo del mar y vas tomando aire. A medida que van pasando los meses, las subidas a tomar aire son un poco más largas.

Con el tiempo y paciencia , podemos darnos cuenta y agradecer la cosas bonitas vividas en la relación, los hijos que tuvimos, la familia que creamos si fue el caso y despedirnos desde una mirada hermosa por ser parte de nuestra historia, de nuestro aprendizaje vital.

¿ Necesitas compartir o ser acompañado en tu camino de duelo ?

Texto inspirado en Bibliografía, ( Todo no terminó, Bucay J. 2004 )