Raquel Ruiz , psicóloga y psicoterapeuta juvenil comparte algunas reflexiones sobre este tema tan frecuente en consulta ; desde que nacemos hasta que entramos y transitamos la adolescencia, vamos viviendo una serie de experiencias que nos permiten hacernos una primera idea del mundo, principalmente para poder “tener a mano” un modelo que nos sirva de guía y nos reduzca esa incertidumbre que el ser humano tiende a necesitar controlar.

En muchas ocasiones, al llegar a la juventud adulta, esos modelos aprendidos de nuestras figuras de autoridad durante la infancia, entran en crisis si no han recibido su debida actualización o revisión para contrastar si realmente se adhieren y responden a nuestras necesidades o a la persona adulta que estamos comenzando a ser. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, con los modelos de pareja.

Cuando somos niños, creamos una idea de relación afectiva a partir de lo observado en la relación de nuestras figuras de apego. Cada pareja tiene implícitas y explícitas una serie de normas que los hacen únicos, por lo que si, como he comentado más arriba, durante la adolescencia no ocurre ese proceso de masticación sobre lo incorporado durante la infancia, corremos el riesgo a reproducir exactamente igual aquello que hemos visto en nuestro entorno cercano, sin meditar si realmente esas normas que caracterizaban la relación de nuestros progenitores, se ajustan a lo que queremos en nuestra futura relación.

Este ejemplo sirve para introducir un concepto que se suele utilizar mucho: los patrones. Un patrón describe esa perpetuación automática y no consciente de lo aprendido en los entornos cercanos, y que, si no se ajusta a la persona que somos, es cuando deriva en ansiedad, angustia o una crisis.

Por ello, cuando comience a surgir el sentimiento de incomodidad y ansiedad en cualquier esfera vital, es importante hacer el ejercicio de parar y comenzar a cuestionar tanto las cosas que hemos aprendido, como las cosas que nos queremos quedar y a las que queremos evolucionar.

¿ Son tus patrones DILEMA O GUÍA ?