Cuando hablamos de duelo no sólo nos referimos a la muerte de un de un ser querido, sino también al proceso emocional que vivimos al experimentar distintos tipos de pérdidas como puede ser un divorcio, un cambio de residencia, trabajo, pérdida de alguna parte de nuestro cuerpo, jubilación, hacerse mayor, etc.

Somos seres vinculares, nacemos y nos formamos en los vínculos. La experiencia de pérdida de un vínculo conlleva transitar un proceso emocional que nos permita metabolizar la pérdida. A veces queremos que la tristeza, el vacío se evapore en tres días como si pudiéramos borrar lo que sentimos.

Para sanar la vivencia de pérdida, solemos atravesar etapas;  negación, ira, negociación, depresión y aceptación (teoría propuesta por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross ).  Transitamos en mayor o menor grado por ellas sin orden secuencial hasta que podemos encajar la pérdida. 

Ningún duelo es igual a otro. Cada persona tiene su propia forma y su propio ritmo para metabolizar una pérdida significativa. El duelo no es una enfermedad sino un proceso natural que requiere de tiempo y de trabajo personal para asimilar la pérdida. En ocasiones , puede transformarse en una experiencia traumática.

¿De qué depende que el duelo se complique?

De muchos factores; de la naturaleza de la pérdida, la falta de apoyos sociales, la personalidad del que sufre, etc.

Mientras estamos diseñados para hacer frente de forma natural a la experiencia de pérdida, no es menos cierto que a veces huimos, escapamos de los sentimientos profundos e intensos de tristeza y vacío por el desbordamiento emocional que nos espera. Sin embargo, esa huida del «sentir» no ayuda a seguir viviendo , por el contrario, hiela nuestros corazones, corazones que se rompen de tanto “no llorar “ y “no expresar”.

¿ Estas viviendo alguna pérdida ? ; ¿Te gustaría elaborar el duelo con apoyo y acompañamiento ?

 Bibliografía ; Elisabeth Kübler-Ross en su libro «Sobre la muerte y los moribundos 1969 «.